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CEREBRO Y MUJER
Una jornada dedicada a deconstruir la mirada sobre lo femenino desde la ciencia
El encuentro, organizado por Silvia Kochen, investigadora del CONICET y Directora de la ENyS, se realizó a sala llena en el C3
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“Este es el año de las mujeres: por eso lo elegimos como tema de esta reunión”. Con esas palabras, la científica del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) Silvia Kochen abría la 4º Jornada de Ciencia y Arte “Cerebro y mujer”, que impulsó en el Centro Cultural de la Ciencia (C3). A lo largo del encuentro, quince expositoras -provenientes de campos tan diversos como la Astronomía, la Virología, la Sociología, la Filosofía, el Periodismo- hablaron, en charlas de veinte minutos, sobre cómo el género atraviesa sus disciplinas, haciendo pie en sus experiencias personales pero también deconstruyendo la mirada dominante respecto a las mujeres y lo femenino en los distintos entornos en los que se desempeñan.
Kochen, que es una de las fundadoras de la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología (RAGCyT) y dirige la Unidad Ejecutora en Neurociencias y Sistemas Complejos (ENyS), inauguró la Jornada con su charla “El aporte de la neurociencia (y no de las Pseudo-Neurociencias) en el conocimiento sobre Cerebro y Mujer”. Allí planteó cómo los estudios del cerebro, aquel órgano que está presente tanto en hombres como en mujeres, instalaron los primeros estereotipos binarios de género, que fueron polarizando los roles sociales, en mitos como que “los hombres y las mujeres tienen capacidades innatas diferentes por su condición biológica”. Kochen mostró la incidencia del medio ambiente social para la construcción del cerebro, refutando las teorías que hablan de dichas capacidades innatas. “La plasticidad cerebral es algo que demuestra que las experiencias de la vida cambian la estructura y la función del cerebro”, dijo.
“Los aspectos emocionales negativos, como puede ser la discriminación, sí interfieren en el desempeño cognitivo”, reparó en otro tramo de la charla Kochen. Así explicó que, si bien la resonancia magnética cerebral es una herramienta “fantástica” porque permite estudiar el cerebro de manera no invasiva, “se está usando en algunos estudios para justificar los estereotipos de género, que comparan el cerebro del hombre con el de la mujer por supuestas diferencias innatas, y uno tiene que estar alerta de las interpretaciones. Las diferencias atribuidas a condiciones innatas son poco probables: tienen más que ver con el aprendizaje y el entrenamiento que con una diferencia de género. Hay que demoler las creencias arcaicas del determinismo biológico”, dijo. Por último, llamó a estar alerta ante los papers que instalan generalizaciones pero que están basados en muestras ceñidas, compuestas por pocas personas, por ejemplo, lo que los hace “poco fiables”.
Después de Kochen, tomó la palabra María Eugenia Pedreira, investigadora del CONICET en el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE). En su charla titulada “El cristal con que se mira: la neurociencia de la memoria desde una óptica femenina”, señaló que una de las cuestiones naturalizadas en materia de género es la sobreutilización de ratones machos en detrimento de ratones hembras en estudios neurocientíficos que pretenden dar cuenta de cuestiones de aprendizaje y memoria.
A continuación, fue el turno de Ana María Franchi, investigadora del CONICET y directora del Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos (CEFyBO). “Las mujeres científicas en el mundo son apenas el 28 por ciento”, arrancó su charla “La mujer en la ciencia: un camino árido… y ¿¿¿desalienta???”. Franchi repasó los números de las mujeres en la ciencia, que luego se replicarían en otras charlas: advirtió que el 60 por ciento de becarios en Argentina son mujeres, que las disciplinas que encabezan en cuanto a cupo femenino son Biomedicina y luego Ciencias Sociales, también repasó la menor cantidad de citas que tienen los papers de mujeres en relación con otros de hombres. Advirtió la poca cantidad de mujeres que llegan a ser directoras de institutos. Y la vara distinta, siempre en detrimento de las mujeres, en cómo se evalúa a hombres y mujeres en el sistema científico, o la menor presencia de las mujeres científicas en los premios, entre otros indicadores.
“Según mis estimaciones, en el Congreso Argentino de Virología de 2036 es probable, que la brecha entre hombres y mujeres expositores se equipare y ellos ya no sean mayoría”, dijo Andrea Gamarnik durante su presentación “Los virus del Dengue y Zika discriminan”. La investigadora del CONICET y directora del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IBBA), además, repasó la historia de aquellos dos flavivirus a los que se dedica, que “están ligados a la pobreza, porque se reproducen sobre todo en los lugares en los que no hay agua potable o que el agua permanece estancada en tachos o en contenedores de agua de lluvia”.
Luego, Lucia Ciccia, doctora en Estudios de Género, licenciada en Biotecnología, investigadora asociada en el Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), en su charla “Neurociencias y el mito del sexo en el cerebro: nuevos aportes desde una epistemología femenina”. Señaló como se “suele colocar al (ratón) macho como universal”. Y destacó como una propuesta central de su trabajo que se debe invertir el orden, y pensar que el género antecede al sexo, que las prácticas sociales condicionan e inciden en lo biológico, y que somos expresiones biológicas flexibles”.
Del cielo a los pueblos originarios
Después de una pausa, la Jornada siguió adelante con la disertación de Gloria Dubner, investigadora del CONICET y directora del Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE), alrededor de “El cielo mirado con ojos de hombre y con ojos de mujer”. Como prometía el nombre de su charla, la científica planteó que salía ”de su zona de confort” y ensayó su visión respecto a la impronta de género en la Astronomía. “Vengo a contarles mi observación sin rigor científico, sesgada por mi propia experiencia de décadas de trabajo”, advirtió, para recapitular sobre cómo mira el cielo una astrónoma a diferencia de un astrónomo: “Las mujeres miramos al cielo de manera más amplia y detallada. Los hombres se focalizan en objetos más limitados”. También señaló un dato sorpresivo: que los astrónomos que no entran a carrera del investigador, según pudo rastrear, se dedican en su mayoría a temáticas relacionadas con la rama de la economía, mientras que las mujeres astrónomas se vuelcan mayoritariamente al análisis de imágenes.
Natalia Matewecki, profesora de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y la Universidad Nacional de las artes (UNA), mostró imágenes sobre piezas de artistas mujeres dedicadas al bio-arte, en su segmento titulado “Rebelión en el laboratorio: llegaron las artistas”. Luego, Mariana Gómez, antropóloga del CONICET, repasó las nociones de lo masculino y lo femenino en las distintas regiones del mundo estudiadas por la antropología, y en los pueblos originarios del Chaco, en los que centra sus estudios. Su charla se llamó “La construcción cultural de género y su transformación en el último siglo en pueblos indígenas del Chaco argentino”. Mencionó, entre otras cosas, que “entre los indígenas hay una división sexual del trabajo, un orden sustentado en una cosmología particular”. Y redondeó diciendo que “los pueblos indígenas tuvieron y tienen una impronta patriarcal, si bien es de baja intensidad, tomando la noción de Rita Segato”.
Comunicación y género
El último tramo de la Jornada abrió con la charla “La mujer y el cine”, a cargo de Malena Bystrowicz, que mostró fragmentos de sus películas ” Piqueteras” y ” Mujeres de la Mina”. Resaltó que “el 70 por ciento de los egresados de las carreras de cine son mujeres, pero de ellas solo el 30 por ciento llega a ser directora”. Seguidamente, Gabriela Diker, rectora de la Universidad Nacional de General Sarmiento, habló sobre “Las mujeres en el sistema universitario”. Mencionó la “cultura del privilegio masculina” que impera en el ámbito de la universidad, las desigualdades, a pesar del mayor porcentaje de graduadas mujeres, y el mayor rendimiento que ellas muestran según las pruebas que se realizan en escuelas secundarias. “En la facultad esto se replica: el 57 por ciento de las universitarias son mujeres, también el 59 por ciento de las posgraduadas”, señaló. Luego se refirió al “techo de cristal” (como se denomina al obstáculo invisible en la carrera laboral de las mujeres, que les impide llegar a ocupar los cargos jerárquicos) las universidades argentinas: “Presentan un doble techo de cristal: uno que impide el acceso a los puestos jerárquicos, y otro a los puestos de conducción académicos”, dijo. “La meritocracia invisibiliza la desigualdad de género, y a la luz de los hechos, las/os académicos parecemos más críticos con el afuera que con el adentro”, concluyó.
En la siguiente charla, Alina Membibre, coordinadora de Prensa de la Dirección de Relaciones Institucionales (DRI) del CONICET, disertó sobre el trabajo de “llevar la ciencia a la tapa de los diarios”. Mostró el trabajo de la Dirección en materia de redes sociales, piezas gráficas, proyectos audiovisuales y podcasts, entre otras iniciativas. A continuación, la periodista Valeria Román tomó la palabra para desarmar diversos mitos pseudocientíficos, a través de su charla “Por qué el periodismo científico importa en el avance contra las pseudociencias”. Mostró frases de Pamela Anderson en defensa de la homeopatía, de Larry Summers (economista estadounidense) sobre la supuesta menor capacidad de las mujeres para la matemática, de René Favaloro sobre el pretendido beneficio cardiológico de tomar una copa de vino por día, y del médico pediatra Abel Albino sobre la supuesta menor capacidad de los niños pobres para acceder a la universidad. “Hace veinte años, cuando empecé, era muy difícil convencer a los editores para hacer notas sobre la situación de las mujeres en la ciencia, o de sumar como fuente científica a mujeres”, comentó en otro tramo de su charla.
Giselle Bordoy, de Wikimedia Argentina, expuso sobre “Mujeres en la Red. El caso de las mujeres de ciencia en Wikipedia”. Señaló, entre otras cosas, que una de cada diez editores de Wikipedia del mundo son mujeres, que hay muchas diferencias entre perfiles de hombres y de mujeres por los mecanismos internos de la enciclopedia virtual, y que hay 143 perfiles de científicos argentinos varones, contra 48 perfiles de científicas mujeres argentinas actualmente.
Promediando el cierre, Diana Maffia, filósofa investigadora del Instituto interdisciplinario de Estudios de Género, habló sobre “La representación de las mujeres: arte, medicina y política”. Dijo que las cuestiones de género se naturalizan porque “están en los cuerpos”, y para ejemplificarlo tomó el caso de la Medicina, la ciencia más antigua, que hablaba de “los males de las mujeres”, en relación al útero. También mencionó, entre otras cuestiones, la “teoría de los humores”, la visión demoníaca del útero y mostró imágenes antiguas relacionadas con la visión patriarcal del parto.
El cierre oficial de la Jornada estuvo a cargo de la directora del CONICET del área de Ciencias Sociales y Humanidades, Dora Barrancos, que habló sobre “El reto cultural de la naturaleza”. “Este encuentro está entre las cuestiones más luminosas que tenemos”, comenzó diciendo. “Desde que me inicié en las Ciencias Sociales noté que abunda la dialéctica de la naturaleza versus la naturaleza: es decir, entre lo dado y lo adquirido, lo heredado y lo construido. El determinismo inexorable de lo heredado siempre despertó en mí el cuestionamiento. En ese sentido, me fue revelador un texto llamado Las bases ideológicas de la libertad humana. La eugenesia (la aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana) fue la pseudociencia de más éxito, que creó en su faceta negativa al fascismo, y en su faceta positiva al anarquismo”. En otro tramo de su charla, continuó diciendo que “la biología se dio a sí misma el dictamen de `lo normal` y de `lo patológico`. Estas pseudo aficiones científicas son redundantes en los libros de ciencia: siguen apareciendo personas que resucitan estos conceptos. El feminismo fue lo más insurgente contra el determinismo y al estallido del artefacto biológico. En la interacción con el medio somos más medio de lo que fuimos. Hasta los bichos de laboratorio son intervenidos por la cultura: son creados por la cultura. Como me gusta decir: la naturaleza, concluyó, no tiene ni la menor idea que se llama naturaleza”.
Después de Barrancos, Paula Maffia se subió al escenario e interpretó dos temas musicales. Luego, Kochen se despidió del público diciendo: “Me siento muy contenta, las veo contentas y felices, cansadas después de esta jornada, pero todas nos quedamos hasta el final: esa es la prueba de lo bueno que fue este encuentro. Gracias. Tengo la certeza de que este es el camino para pelear por la igualdad y las diferencias. Seguiremos en la resistencia a las expresiones patriarcales y pseudocientíficas, peleando una ciencia construída sobre bases éticas y responsables, que contribuya a mejorar las condiciones de vida”.
Muestra artística de la 4ta Jornada De Ciencia y Arte Cerebro y Mujer en el Hall del C3 donde fueron exhibidas obras de: