CINE Y CIENCIA

Médicos y sus pasiones: "Hay mucho en común en hacer una película o una investigación, incluso diagnóstica"

Por varios años, para dar lugar a sus dos pasiones, la argentina Sara Silvia Kochen usaba identidades distintas. Cuando vistiendo el guardapolvo blanco (o bata blanca) actuaba como médica asistencial, docente e investigadora en el área de la epilepsia y los trastornos cognitivos, era la Dra. Silvia Kochen. Y se llamaba Sara Kochen cuando se ponía la ropa cómoda de estudiante de la licenciatura en artes audiovisuales primero y de directora de cine y documentalista después. Así fue hasta la pandemia, cuando en sus propias palabras, "salió del placard (armario o clóset)".


Silvia Kochen, neuróloga y cineasta

Por Roxana Tabakman

29 de agosto de 2023

Fuente: Medscape

Primera Línea De Fuego-Honor y Gratitud es un documento histórico de la pandemia que muestra cómo fue atender pacientes con COVID-19 antes de la vacuna. Cansados, algunos con la mascarilla puesta, otros con la marca de esta aún visible en la piel, los trabajadores de la salud expresan ante las cámaras sus miedos y expectativas. El filme surgió de su propia experiencia, sin estar ella misma en la primera línea, mientras coordinaba una red que trabajaba sobre el tablero epidemiológico y daba respuesta a las necesidades en la región sudeste de Buenos Aires.

"Empecé a ver lo que pasaba en la primera línea de fuego y quedé muy conmovida. Tomé impulso e hice un documental. Ahí salí del placard y figuro con mis dos nombres, Sara Silvia Kochen", relató a Medscape en español.

Ese documental vio la luz después de Sara Méndez (2020), la historia de una uruguaya que fue secuestrada en Argentina junto a su hijo de 20 días de nacido por las operaciones de inteligencia conjuntas de diversos países de Latinoamérica (Plan Cóndor) y que pudo reencontrarse con él 26 años después. Esa historia fue dirigida todavía por su alter ego artístico, Sara Kochen, así como los cortos Ser Paciente (2019) y Pacientes con Epilepsia (2019).

La médica cineasta afirmó que hacer películas y el trabajo de investigación, incluso el necesario para hacer un diagnóstico o elegir una opción terapéutica, tienen mucho en común. "El proceso creativo, plantear una hipótesis, tener objetivos claros, específicos, generales; en los dos necesito saber qué estoy preguntando. Y después el trabajo arduo".

Las restricciones de la pandemia no le impidieron filmar historias verídicas relacionadas a su trabajo. En un congreso de neurología que también se desarrollaba en forma remota presentó un documental sencillo sobre cannabis medicinal, donde cada uno había filmado en casa con su propio celular. "Recibí muchos mensajes de felicitaciones; creo que lo que se celebra es esta posibilidad de habitar otros espacios, les pasa también a los colegas que hacen música".