Por Paula Galinsky, para Clarín, 16/7/2020
La nueva reglamentación de la ley que permite el uso de cannabis medicinal, presentada este miércoles por el Ministerio de Salud en el Consejo Consultivo creado para avanzar sobre esta norma, fue celebrada por referentes del mundo de la ciencia y la medicina y ONGs que vienen trabajando en el tema. Entre los puntos centrales, destacan como ventaja que se sume la posibilidad del autocultivo y la producción pública, con controles de calidad. También, que se hayan ampliado las especialidades médicas para su prescripción y que se promueva la investigación en materia terapéutica para otras patologías.
“Desde la Red Argentina Cannabis Medicinal Conicet, que coordino y de la que forman parte no sólo investigadores sino también ONGs, veníamos trabajando desde enero en una reglamentación superadora a la de septiembre de 2017. Todo lo que pensamos se lo fuimos acercando al Ministerio de Salud y este miércoles nos encontramos con que tomaron nuestras observaciones”, le cuenta a Clarín la neuróloga infantil e investigadora Silvia Kochen, que es delegada del Conicet en el Consejo Consultivo Honorario y participó del encuentro virtual.
Dice que, con la nueva forma de aplicación, “el mercado ilegal al que los pacientes fueron empujados va a desaparecer”. Y que van a contar con un “producto seguro, con control de calidad”.
La posibilidad de investigar sobre el tema es otro avance, según Kochen. “Uno de los argumentos de los que se manifiestan en contra del cannabis medicinal es que faltan evidencia científicas. En el mundo ya se están haciendo muchos ensayos clínicos. Ahora, con la nueva reglamentación, vamos a poder realizar estudios locales”, agrega la referente del Conicet.
Como otro cambio relevante señala que su uso ya no estará limitado a las personas con epilepsia refractaria. “No había fundamento para habilitarlo solo en una patología. La realidad es que no hay techo para los tratamientos, ya se sabía y ahora se va a utilizar en el marco de la legalidad”, detalla.
Según Kochen, en muchos casos, la marihuana terapéutica ayuda a tratar el dolor. “El cannabis nos obliga a incorporar una dimensión que no siempre tenemos tan presente y tiene que ver con la calidad de vida", advierte.
"Lo veo con la epilepsia: su uso terapéutico puede servir para bajar la frecuencia de las crisis, eso pasa en el 40% o 50% de los casos. Tengo pacientes sobre los que no se consigue este efecto pero que, sin embargo, vienen sus familiares a decirme que con el aceite duermen mejor, se alimentan mejor o están más conectados”, comparte.
Valeria Salech, presidenta de Mamá Cultiva Argentina, coincide con Kochen. “Esta es la reglamentación que esperábamos en 2017 y no tuvimos. Nos parece que respeta el espíritu de la ley y le da mucha entidad a las organizaciones sociales”, asegura.
El aporte fundamental, para Salech, tiene que ver con "la creación de un registro de autorizados para cultivar", que contempla el cultivo personal (hogareño), colectivo en red (de las ONGs) y la producción pública (de laboratorios, por ejemplo).
Dice que lo que se está haciendo es “blanquear una situación que ya existe”. “Hasta lo del control de calidad se hacía, porque yo le acercaba el cannabis medicinal que usaba a investigadores para que lo analizaran. El tema es que ahora va a ser legal y va a estar avalado por el Estado”, explica.
También celebra la posibilidad de investigar. “Hace mucho que sabemos que los aceites caseros tienen mayor efectividad que los importados, ahora lo vamos a poder demostrar con los ensayos”, agrega.
Para los que necesiten adquirir directamente el cannabis terapéutico, la idea es que algunas farmacias del país puedan incluirlo como especialidad medicinal y dispensarlo. En estos casos, deberá prescribirlo un médico.
La norma que insta al Estado a investigar el uso medicinal del cannabis se sancionó en 2017. En ese momento, quedó restringida a una sola afección: la epilepsia refractaria. Sin embargo, en la práctica los derivados de la planta, ya sea aceites o cremas, se vienen utilizando en pacientes con otras patologías como cáncer, reuma, fibromialgia y dolores crónicos.
Hasta el momento, solo se permitía la importación, que es costosa y no siempre de fácil acceso.
A principios de marzo, en una entrevista con Clarín, el ministro Ginés González García se había mostrado reacio a la legalización de la marihuana para uso recreativo. Sin embargo, se había pronunciado a favor de avanzar en materia medicinal. "Hay que ampliar su cuestión terapéutica reformando la ley. Se tiene que poder acceder fácilmente y no con un mercado ilegal como el que hay ahora", sostuvo en aquel momento.